¡No me dejes!. Fases neurológicas del amor y la ruptura

La mayoría de la gente ve el amor romántico de los humanos como un sentimiento, pero Helen Fisher cree que es un impulso tan poderoso que resulta capaz de anular otros, como el hambre y la sed, convertir a la persona más digna en un idiota y conseguir que el más insípido entre en éxtasis. Fisher utilizó la resonancia magnética para estudiar los cerebros de hombres y mujeres que acababan de enamorarse.

En el tiempo entre que miraban una imagen y la otra, pedían a cada uno de ellos que realizara una “tarea de distracción”, para limpiar la mente de cualquier resto de emoción. Cuando los participantes miraban a la persona amada, sus cerebros mostraban mayor actividad en dos zonas: el área ventral tegmental (VTA) derecha, en el cerebro medio, y el núcleo caudado.

El VTA controla la excitación general, la atención focalizada y la motivación para obtener recompensas. Las zonas activadas en el núcleo caudado eran ricas en receptores de dopamina, y también estaban asociadas a la atención y a la motivación para obtener recompensas. El hecho de que la pasión amorosa esté relacionada con zonas con dopamina les hizo pensar que el amor romántico no es realmente una emoción, sino un estado diseñado para que busquemos un compañero favorito.

Eres mi droga

La presencia de la dopamina explica las sensaciones de arrebato de la pasión romántica (subidas de dopamina), y de desánimo y rechazo (bajadas de dopamina). Además, estudios con humanos y otros animales demuestran importantes paralelismos entre los comportamientos, sentimientos y sustancias químicas del amor romántico y los asociados a la adicción a drogas.

Por supuesto, morir de amor no es una acción consecuente con la teoría de la adaptación al medio, como tampoco lo es renunciar a la familia y a la fortuna para seguir al amado hasta los confines de la tierra. ¿Por qué ha dotado entonces la evolución a los humanos de la pesada carga de tales pasiones, en apariencia irracionales?
Basándose en la observación de los primates vivos y en la paleontología, Fisher defiende que la evolución de niños homínidos indefensos y con grandes cerebros originó una nueva e imperiosa necesidad: la de que el padre y la madre cooperasen para criar a sus hijos.
El amor romántico obligó a los hombres y mujeres ancestrales a permanecer juntos durante el tiempo suficiente

como para concebir, mientras que el cariño y el apego, otro complejo de sentimientos con una base química distinta, los mantuvo juntos el tiempo suficiente como para encargarse del niño hasta su destete.

–¿Por qué en la experiencia del amor, que es universal, creemos que nadie más que nosotros lo siente, y que nuestro objeto de amor es único?

–Esta es la primera característica del amor romántico. La evolución lo ha “decidido” porque el apareamiento es lo más importante que hacemos; ahí está implicado el futuro de nuestro ADN, de forma que hemos creado un sistema especial que nos abruma totalmente. La dopamina que inunda el cerebro cuando nos enamoramos también está relacionada con la novedad. Cuando uno experimenta algo nuevo, suben los niveles de dopamina en el cerebro.

–Lo que hemos descubierto es que ambos son impulsos, deseos, anhelos, ansias, apetitos y motivaciones; y están relacionados con muchas emociones, pero no son emociones en sí mismos.

Cuando uno tiene hambre, desea comer; cuando ama, desea conseguir a la persona amada. Con el hambre, también tienes emociones asociadas, como la contrariedad. Opino que el amor romántico es incluso más fuerte que el deseo sexual; nadie se suicida porque le nieguen las relaciones sexuales, pero cuando a uno le abandonan, puede llegar a matar.

Fisher estudió poemas amorosos de todo el mundo, el más antiguo, de hace 4.000 años. Por otro lado, su equipo hizo un cuestionario sobre el enamoramiento a 430 estadounidenses y a 420 japoneses, y todos ellos expresaron las mismas características del amor romántico, fuera cual fuera su tendencia sexual, su edad y su sustrato cultural.

Si la pasión se acaba

Y con los exámenes neurológicos y las encuestas se pudo probar que, a medida que aumenta el cariño, la pasión disminuye. Según esto, los corazones rotos y los crímenes pasionales constituirán los desafortunados efectos colaterales de un sistema biológico que normalmente facilita la reproducción.

–¿Cómo se relacionan estos tres tipos de amor que describe: el impulso sexual, el amor romántico y el cariño? Y, si son tan distintos, ¿por qué se expresan igual y, a menudo, se confunden?

–Los tres son impulsos y, a diferencia de las emociones, no conllevan ninguna expresión facial. Todas las emociones tienen alguna expresión facial. Además, no se pueden controlar; es más fácil, por ejemplo, controlar la rabia, que el amor romántico. Se trata de algo que se pega constantemente a nosotros; cuando uno está enamorado, continúa todo el rato enamorado. Y lo mismo sucede con el cariño.

El instinto sexual va y viene más, pero también puede estar constantemente interviniendo. Los tres se expresan de forma parecida porque nunca se definieron correctamente. A menudo van a la par, y cuando uno se enamora de una persona, siente un impulso sexual y también puede que experimente luego algo de cariño. Se encabalgan y se relacionan de forma muy compleja. Pero es posible tener mucho cariño a una persona, sentir un deseo sexual por otra y enamorarse románticamente de otra.

–Parece que la cultura tiene mucha influencia en el amor romántico.

–Sí, así es. Y esto apoya lo que dije antes: en muchas culturas, un individuo debe casarse con la chica adecuada del clan adecuado para establecer relaciones políticas; el amor no es una parte importante del matrimonio. En numerosos lugares hay gente que tiene relaciones de amor romántico fuera del matrimonio, porque el matrimonio es un negocio. Hoy día, hay cada vez más gente se casa por amor en el mundo, pero no siempre ha sido así.

Sí; estoy pasando del amor romántico a la fase de cariño, pero sigue siendo bastante romántico.

–Su propia experiencia en el amor, ¿influye en su trabajo?

ne esta otra cara: la del rechazo. ¿Por qué sentimos tanto dolor cuando un romance sale mal?, ¿Cómo superar una ruptura amorosa?

Casi todo el mundo se enfrenta a la agonía del rechazo amoroso en algún momento de su vida, y es una de las experiencias más dolorosas que puede encarar un ser humano. En el estudio neurológico de Helen Fisher, parece que durante el desengaño amoroso la actividad continúa en el VTA y en las zonas asociadas al núcleo caudado; los amantes siguen amando mucho tiempo después de haber sido desdeñados.

Protesta y desesperación

Desde hace tiempo, los psiquiatras dividen el rechazo amoroso en dos fases: “protesta” y resignación/desesperación”. Durante la fase de protesta, los amantes abandonados se obsesionan con recuperar el objeto de su afecto. Sufren hasta la agonía pensando en qué pudieron fallar y en cómo reavivar la llama. Hacen apariciones dramáticas, y a menudo humillantes, en la casa o el lugar de trabajo de sus amantes, y luego se van airadamente, para volver de nuevo a pedir cuentas o a suplicar otra vez. Llaman por teléfono, vuelven a los lugares que solían frecuentar con la otra persona…

Este fenómeno es tan frecuente en los tratados de psicología y en la vida, que Fisher ha acuñado el término “la atracción de la frustración” para designarlo. Cuando el amor se ve frustrado, el amante sólo consigue amar aún más.

¿Qué sistema cerebral es el que se esconde detrás de estos extraños comportamientos?

Creen que también está asociada a la dopamina, al igual que al neurotransmisor norepinefrina, muy relacionado con ella. Unos niveles elevados de ambos elementos químicos provocan un aumento de la alerta e inducen al animal

desamparado a pedir ayuda a gritos, y a buscar al ser que le ha abandonado.

–Según usted, los animales se enamoran, y esto es muy chocante. ¿Cree que sienten frustración por el abandono amoroso, como las personas?

–Aunque nadie lo sabe, pienso que depende de la especie. Las ratas sólo sienten atracción amorosa durante unos segundos, e inmediatamente empiezan a aparearse. Supongo que tienen algún tipo de desengaño, pero dudo que sientan rabia. A los elefantes creo que les dura la atracción varios días.

En algunas especies, los machos luchan entre sí para conseguir una hembra, y el que pierde no se queda muy contento; o sea, que supongo que se deprimirá un poco.

Dice Fisher que hay otro mecanismo cerebral que se pone en marcha durante la fase de protesta: el estrés. A corto plazo, el estrés estimula la producción de dopamina y norepinefrina, y suprime la actividad de la serotonina.

La “atracción de la frustración” también puede deberse a otras actividades cerebrales. El neurólogo Wolfram Schultz, de la Universidad de Friburgo (Suiza) publicó que, cuando se retarda una recompensa esperada, como el amor, las neuronas responsables de “esperar recompensas” prolongan su actividad.

Estas neuronas no fabrican ni distribuyen dopamina, pero son componentes básicos del mecanismo de recompensa del cerebro, el sistema asociado con la atención focalizada y la motivación; precisamente, los comportamientos que caracterizan el amor romántico.

Así que, !vaya ironía!, a medida que la persona amada se aleja, aumentan los circuitos y sustancias químicas del cerebro que crean los potentes sentimientos del amor.

 

Fuente: Quo.es
Ana Maria Martinez
Ana María, Martinez

Ana María Martinez, es una psicóloga especializada en relaciones y sexualidad, con una amplia experiencia en terapia de pareja y sexualidad. En nuestro blog, Ana comparte su conocimiento y experiencia, brindando consejos y guías para mejorar las relaciones personales y la vida sexual de nuestros lectores.

Ana María, Martinez

Ana María Martinez, es una psicóloga especializada en relaciones y sexualidad, con una amplia experiencia en terapia de pareja y sexualidad. En nuestro blog, Ana comparte su conocimiento y experiencia, brindando consejos y guías para mejorar las relaciones personales y la vida sexual de nuestros lectores.

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