Cómo hacer ejercicio en verano sin poner en riesgo tu salud
Realizar ejercicio de forma regular es un pilar fundamental para gozar de buena salud. El verano es una magnífica época del año para hacerlo, pues disponemos más tiempo para nosotros mismos y ponernos como meta lograr bajar ciertos kilos de más o para liberar el estrés y la ansiedad acumulados.
Incluso, las altas temperaturas no son un problema para las personas que están acostumbradas a hacer deportes a diario. No obstante, para evitar poner en riesgo la salud, es importante adoptar una serie de precauciones.
Riesgos del ejercicio en verano
La actividad física ocasiona un aumento de la temperatura corporal, algo que nuestro organismo compensa con un mecanismo termorregulador: el sudor. Sin embargo, si a esta subida le añadimos el calor proporcionado por el ambiente, puede que nuestro organismo no sea suficiente para mantener nuestra temperatura a un nivel normal. En este caso, nos expondremos a una serie de riesgos que detalla la Federación Española de Actividades Dirigidas y Fitness (FEDA).
Problemas más frecuentes
- Deshidratación. Perder más líquidos que los que reponemos nos pone en riesgo de deshidratación. La sed y los mareos son los primeros síntomas de una deshidratación, pero la situación puede empeorar y causar el temido golpe de calor, el cual puede incluso ocasionar la muerte.
- Calambres. Estos dolores se presentan, por lo general, en los gemelos, pero también pueden aparecer en otras zonas del cuerpo, como los abdominales o los cuádriceps. Son ocasionados por la pérdida de agua y los electrolitos.
- Hipertermia. Cuando nuestro cuerpo supera los 40 grados de temperatura, este es incapaz de regularla, por lo cual se produce la hipertermia. En caso de no solucionar la situación, puede derivar en un golpe de calor, el cual puede dañar seriamente los órganos.
Cómo prevenir los daños
- Evitar las horas punta. La recomendación principal es no realizar ejercicio al aire libre entre las 12:00 y las 17:00 horas, puesto que son las horas de mayor radiación solar. Siempre es mejor cambiar nuestra rutina a primera hora de la mañana o pasadas las 18:00 horas. Si lo hacemos en zonas rodeadas de árboles, será mucho mejor.
- Entrena en casa. En caso no querramos exponernos al sol, podemos hacer ejercicio en casa con algunas máquinas. Las caminadoras evitan problemas en tobillos, rodillas y espalda, puesto que amortiguan el impacto de la pisada. Otra máquina es la bicicleta, la cual fortalece músculos como los cuadríceps, gemelos y los abductores. Una elíptica también nos permite hacer cardio.
- Hidratarnos y comer bien. Beber agua o una bebida rehidratante antes del entrenamiento y cada 20 o 30 minutos durante el ejercicio evitará que nos deshidratemos. Tampoco es recomendable realizar ejercicio sin desayunar, pero debemos esperar al menos una hora para entrenar después de comer. Hay que optar por comidas de fácil digestión.
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