VPNs gratuitas y de pago: ¿son equivalentes?
Elegir un software adecuado para mantener la privacidad online no es una tarea sencilla. Las opciones disponibles en el mercado son muchas en lo que respecta a las VPNs, e incluso cuando se considera la elección entre los servicios más populares, la decisión puede ser difícil.
Uno de los factores más importantes a la hora de escoger tiene que ver con el precio. Pagar por una VPN puede estar lejos de la consideración de la mayoría de los usuarios hogareños de internet, especialmente en tiempos en los que las aplicaciones gratuitas suelen ser la norma. Sin embargo, cuando se trata de la seguridad, la calidad del producto podría compensar con creces la inversión.
¿Qué son las VPN gratis?
Los servicios de redes privadas virtuales gratuitos funcionan encriptando el tráfico entre la red local del cliente y un servidor remoto de la compañía. En este caso, el usuario no paga por el uso del producto, que puede ser tanto un software para el ordenador o dispositivo móvil, así como también una extensión para alguno de los navegadores más populares.
Si bien muchas de las compañías top de VPNs cuentan con algún servicio de prueba gratuito para sus productos, estos generalmente tienen limitaciones en cuanto al tiempo de uso o la cantidad de equipos del cliente que pueden utilizarlo de forma simultánea.
¿Cómo funcionan las VPN de pago?
A nivel de protocolos de seguridad, una VPN de pago crea un túnel seguro con encriptación de alto grado para evitar el acceso de hackers a los datos que el cliente transmite a través de internet. La protección de las conexiones del usuario se da para toda su actividad online y no sólo para aplicaciones específicas como en el caso de los servidores proxy.
Las VPNs de pago suelen basar su modelo de negocio en uno de suscripción. Las compañías ofrecen un servicio completo de protección a cambio de un monto fijo mensual, con beneficiosos descuentos cuando se contrata un paquete de varios meses o incluso años. Esto último permite ahorros de hasta un 50% en el costo total del producto con respecto al pago mes a mes.
A cambio de esto, una VPN de pago suele brindar servicios extra, como la capacidad de vincular una mayor cantidad de dispositivos a la red virtual (cubriendo así ordenadores, móviles y también electrodomésticos inteligentes), el acceso a servidores premium más veloces y un producto libre de publicidad. Además, suelen eliminarse las limitaciones de ancho de banda y de transferencia diarias que caracterizan a los servicios de VPN gratuitos.
¿Es necesario pagar por una VPN?
Cuando se trata de acceder a un nivel de seguridad adicional para la transmisión de datos en internet, tanto las VPN gratuitas como las de pago cuentan con mecanismos para proteger la información. En ambos casos, el uso del sistema de “tunneling” encriptado para mantener los datos fuera del alcance de terceros es similar.
Sin embargo, la diferencia fundamental reside, obviamente, en el modo en el que una VPN gratuita logra financiarse sin el aporte de los suscriptores. La clave está en el manejo de la información de navegación de los clientes, ya que estos servicios monetizan los datos de uso de sus propios usuarios vendiéndoselos a otras compañías, con motivos fundamentalmente comerciales. Pese a que en muchos casos este comportamiento es transparente y se indica de forma clara a los clientes del servicio, en otros se limita a cláusulas ocultas en los términos y condiciones, lo que podría engañar a usuarios desprevenidos.
Está claro que las compañías que basan sus ingresos en la venta de los datos de uso de sus clientes no pueden garantizar la confiabilidad que se requiere para mantener privada toda la actividad online. Por ello, cuando está en juego la integridad de información tan importante como los datos personales, bancarios e incluso las contraseñas, no basta con recurrir a cualquier servicio gratuito. Sólo la mejor VPN de pago puede tener la independencia de agentes externos, evitando el flujo de datos y permitiendo poner en primer lugar la seguridad de sus usuarios, sin otro tipo de intereses que comprometan aquello que debería ser la única prioridad: la privacidad online.
Deja una respuesta
Entradas Relacionadas