¿Sufren más las mujeres por Amor?

Mi experiencia como terapeuta me dice que hay mucha gente enamorada que sufre por amor porque está enamorada de la persona inadecuada, de la persona que no es. Cuando empiezas a investigar las causas de este sufrimiento ves que hay una adicción similar a las sustancias psicoactivas. Estas personas desarrollan un verdadero síndrome que es un como un apego y una adicción socialmente aceptada que muestra una serie de características.

Por ejemplo, una necesidad creciente de estar con la persona amada todo el tiempo. Se repiten, no soy nada sin ti, mi vida sin ti no tiene sentido. Lo que les ocurre es que se va creando una simbiosis afectiva donde uno va desapareciendo en el otro y paralelamente va perdiendo su personalidad». 

¿Pero cómo es el perfil de estas personas?

En un extremo están las personas excesivamente dependientes que no se quieren a sí mismas y en el otro están las que sí se quieren pero empiezan a desarrollar ese apego afectivo guiados más por una tendencia cultural que afectiva.

«Nosotros hemos sobrevalorado al amor,  pero no es así. El amor puede enfermar. Culturalmente aceptamos y vemos muy bien a la persona que está bajo los efectos del enamoramiento». 

 

Tú eres mi príncipe azul 

¿Cómo sé que la persona de la que me estoy enamorando es la adecuada?

Esta pregunta no encierra comportamientos sociales. No vamos a valorar si me conviene porque tiene dinero, posición social y además es de mi ámbito cultural y social. Veamos lo que va por dentro, lo que, de verdad, hará que la pareja funcione.

«No tener que explicar el chiste, hay un acuerdo sobre cosas fundamentales, yo diría que nos indignan las mismas cosas, pero sobre todo, nunca están tus principios y tus derechos en juego, tú tienes la certeza de que la otra persona nunca te va a hacer daño, al menos no de manera intencionada, se monta en el mismo barco en el sentido de que tu proyecto de vida y el mío es el mismo, o al menos, no son esencialmente contradictorios, ejemplo, yo quiero tener hijos y tú también, o al contrario y para ambos esta decisión es muy importante».

Todo lo demás es adicional. 

La experta sufridora: «por ti muero» 

¿Sufren más las mujeres por amor?

Verdadero.  «La mujer está dotada de una mayor sensibilidad. La revolución feminista fue una lucha por los medios de producción, por los asuntos económicos, políticos, pero no hubo una revolución afectiva. 

Ésta consistirá en la plena asunción de la mujer de que puede estar sola afectivamente y que no vale en la medida que es amada y que no tiene que amar para realizarse como mujer. La dependencia sexual del hombre, la de que entro por el sexo y llego al afecto, es la culpable. 

La mujer es más afectiva por una causa social y cultural. Cuando una mujer enviuda toda la familia sigue igual, si es el hombre el viudo, la familia se desbarata. 

Susanita, amiga de Mafalda e idealista

Sin bromas, hay una cuestión biológica irrefutable: la mujer es la transmisora de la vida, es la que se queda embarazada, y este proceso, en la inmensa mayoría de los casos, va unido a un proceso de amor, de creación de lazos familiares.

«Esto está metido en el banco de datos de la especie humana desde hace millones de años, con lo cual se va a demorar en salir de ahí, pero la mujer debe dar un primer paso que es llegar a la plena convicción de que no todo está justificado por amor, hay que tener una actitud racional frente a él. No niego que a veces tengamos taquicardias frente a las sensaciones que nos arrastran, pero hay que racionalizarlo, no tener el síndrome de Susanita de Mafalda de que todo es bonito y bello. Creo que el día que la mujer sea más realista frente al amor, alcanzará la plenitud. Y para ello hay que tener claro un principio: no te merece quien te lastima. Uno no vuelve a meter el dedo en el enchufe si ya le ha dado una descarga de 220 watios. Si estoy con un hombre que me maltrata, no tengo que estar con él». 

Me muero de placer, pero es que me mata 

En nombre del amor, la humanidad ha hecho cosas terribles. Desmitifiquemos el amor porque tiene cosas buenas y malas.

«Traigamos el amor a la realidad, lo tengo que controlar yo, no él a mí, cuando ves una persona que está bajo los efectos del enamoramiento, bobalicona, que le baja el cociente de inteligencia ¿Qué le decimos? Yo propongo una amor razonable, que no significa perder el impulso del amor, que no significa que me esté quitando de un plumazo la pasión que, como dicen muchos filósofos puede ser razonada. Padecer pasión no significa ser irracional»