Energías renovables: ¡salvemos nuestro planeta!

La vitalidad del planeta Tierra depende en gran medida de la utilización de energías renovables, las cuales provienen de fuentes naturales que se consideran potencialmente inagotables —como la del sol, por ejemplo—. Desarrollar al máximo esta área es parte del enfoque de muchos gobiernos e instituciones a nivel mundial.

Lo antes descrito no resulta extraño, puesto que el aprovechamiento de estos recursos permite optimizar y mejorar la convivencia con el entorno. Con ello se genera una relación “saludable y equilibrada” con el ambiente, ya que se disminuye notablemente la emisión de gases del efecto invernadero y, por supuesto, la contaminación.

Ahora bien, el compromiso por un mejor planeta es tal que en el Acuerdo de París (vigente desde 2016) “los casi 200 países firmantes se comprometieron a reducir sus emisiones”. El objetivo es simple, pero importantísimo: lograr que el aumento de la temperatura global no supere los dos grados (acciona.com/es, 2020).

A continuación se describen algunas de las energías renovables de mayor uso en el mundo para lograr tan necesario objetivo.

Energía solar

Por lógica lingüística, esta energía renovable proviene del sol y es por completo descentralizada. La utilidad de esta fuente da para ser transformada en térmica y termoeléctrica (por el calor), y en fotovoltaica (por la luz).

El aprovechamiento de la energía solar se consigue a través de espejos y paneles. En consecuencia, se absorben las partículas lumínicas y al soltarse los electrones surge la corriente eléctrica.

La versatilidad de esta variedad de energía renovable permite que sea aplicada hasta por un casino en línea Perú, sobre todo en su versión fotovoltaica. ¿Cómo es esto posible?, simple: instalando paneles que concentren la luz solar en las edificaciones donde tienen ubicados los servidores y todo el esquema tecnológico.

La energía concentrada en las células fotovoltaicas genera corriente continua que es conducida por tuberías hasta los puntos de almacenamiento y distribución eléctrica previamente dispuestos. Tendrían menores costos y serían más amigables con el ambiente. Hablamos de un ahorro anual del 30% respecto a la forma tradicional de obtención de la ansiada “luz”.

Energía hidráulica

Sabiendo que unas tres cuartas partes de nuestro planeta consta de agua, la energía hidráulica es pionera en generar energía eléctrica. En términos simples, se utilizan generadores para procesar electricidad —desde una altura considerable— producida por los caudales de agua (El Correo de Andalucía, 2021). Por ejemplo, China tiene 5 centrales hidroeléctricas (unas de las más grandes globalmente), y tan solo la Tres Gargantas posee una capacidad de 22.500 MW.

Al hacer referencia a la energía hidráulica no se pueden dejar por fuera sus ventajas. Entre ellas tenemos que el hombre puede controlar la producción según sus necesidades con tan solo aumentar o disminuir el flujo del vital líquido. Para lograr esto último, el hombre dispone de tres tipos de instalaciones: las centrales en forma de embalse, las de bombeo y las de agua fluyente.

Por otro lado, las emisiones de gases contaminantes son mínimas, y, además, este tipo de energía proporciona más autonomía a las regiones y es 100 % estable.

Energía eólica

Esta forma de energía renovable surge de emplear de manera útil el aire, más específicamente: su movimiento. Es decir, que en el proceso participa la llamada energía cinética, y lo hace a través de la intervención de imponentes turbinas (aerogeneradores) ubicadas bien sea sobre espacios terrestres o acuáticos.

El comportamiento de la energía eólica es beneficioso para abaratar el costo de la electricidad, y, entre otras cosas, para desacelerar el calentamiento global. Esto es debido a que no contribuye a la emisión de gases dañinos.

Con respecto a este recurso, la ONU asevera que “dependiendo de cada ubicación, el potencial técnico mundial… supera la producción global de energía eléctrica” (ONU Acción por el Clima, s. f.). En la práctica, América Latina ha avanzado en la instalación de centrales eólicas. Nada más en Perú hay 7, las cuales generan unos 408 MW aproximadamente.

Energía de biomasa

Esta energía inagotable se produce gracias a la combustión de residuos provenientes de los animales y la vegetación. Además, la energía de biomasa puede ser natural (no interviene el humano), residual seca (proveniente de las faenas forestales y agrícolas), residual húmeda (a partir de basura orgánica y elementos biodegradables) y la biomasa producida (nace de cultivos energéticos industrializados donde se transforman especies vegetales en combustibles).

Si te preguntas “¿cómo se genera?”, te decimos que puede extraerse en el área doméstica (para climatizar a través de estufas o calderas) e industrialmente por procedimientos bioquímicos y termoquímicos. Así como las “energías primas”, la de biomasa es abundante, minimiza la dependencia del petróleo, es económica y no es perjudicial para el medio ambiente.

Datos de la AIE sobre las energías renovables

He aquí algunos datos interesantes de la AIE (Agencia Internacional de la Energía) sobre las renovables:

• Para el año 2030, la inversión en energía inagotable y limpia —en cuanto a infraestructura y tecnología— debería estar por encima de los 4,5 billones de dólares;
• Se ha proyectado que entre 2022 y 2027 el incremento mundial en GW producto de las energías renovables será de 2.400;
• Las energías eólica y fotovoltaica serán las más implementadas y las encargadas de adicionar más capacidad para el 2027;
• Se espera que para el 2040 la intervención de las energías renovables en la producción eléctrica del mundo alcance un 44 % de incremento —un aumento considerable respecto al 26 % del año 2018—.