
El Tanga: El poder de 2 centímetros cuadrados

Para que nos vamos a engañar:
Cuando oímos la palabra tanga, lo primero que se nos viene a la cabeza es la imagen de las playas brasileñas llena de bellas mujeres luciendo sus glúteos perfectos.
Para que nos vamos a engañar: cuando oímos la palabra tanga, lo primero que se nos viene a la cabeza es la imagen de las playas brasileñas llena de bellas mujeres luciendo sus glúteos perfectos.
Fue en el año 1,981 cuando la compañía norteamericana Fredericks of Hollywood apostó por el futuro comercial y estético del tanga. Hoy en día más del 90% de su facturación procede de la venta de esta prenda.
Pero... qué es un tanga?
Según el Diccionario de la Moda de Georgina OHara, se trata de una prenda formada por una tira única de paño que se coloca entre las piernas y se sujeta por medio de un cordón envuelto en torno a la cintura. Una definición demasiado fría para algo que un periodista norteamericano describió como la prenda que permite descubrirlo todo sobre una chica, excepto el nombre de soltera de su madre.
Cómo nació el tanga y quien fue el padre o la madre de la criatura es uno de los misterios sin resolver del mundo de la moda; lo único que se sabe con certeza es que su origen radica Brasil.
Así, en Río de Janeiro se cuenta que en 1972, una joven llamada Inês Mynsseen cortó su vestido por la cintura, para lucir su cuerpo en una fiesta. Sin saberlo, la muchacha acaba de inventar un nuevo bañador que sus paisanos llamaron cortininha (antecesor del tanga). Nadie ha podido certificar la autenticidad de esta historia, aunque de la descocada Inês dicen que acabó ingresando en un convento.
El tanga apareció en Ipanema en 1974. Su paternidad sigue siendo una incognita, y los especialistas se dividen entre quienes se la adjudican a Carlo Ficcardi y quienes aseguran que el mérito es de Ricardo Amato, quien organizó una sesión de fotos en la que la actriz Rose di Prime posó luciendo un tanga. Brasil vivía bajo una dictadura, y aquellas fotos escandalizaron a las autoridades, que prohibieron la nueva prenda. Inútil medida. Las multas y los arrestos no evitaron que los tangas invadieran las playas. Lo usaban hasta las embarazadas, y llevarlo era para las brasileñas algo más que un acto de coquetería: era un gesto de rebeldía política. Finalmente, en 1976 se levantó la prohibición. La belleza y la frivolidad le habían ganado la batalla a la intolerancia.
Cruzar las fronteras
El tanga echó raíces en Estados Unidos antes que en Europa. Fue en 1981 cuando Frederick Mellinger, propietario de Fredericks of Hollywood, empezó a vender tangas (que los americanos llaman thong y string bikini) con la oposición y reticencia de sus colaboradores y consejeros. “Será un fracaso. Este es un país muy puritano, y ninguna mujer decente se atreverá a ponérselo”, fue el comentario general. Loados sean los profetas...
Mellinger no sólo apostó fuerte por la prenda, sino que coprodujo también películas como Lío en Río, en la que Demi Moore y Michelle Johnson ruborizaban al flemático Michael Caine paseando sus sinuosos y cimbreantes cuerpos ligeramente tapados con la dichosa braguilla, y organizando fiestas-tanga entre los jóvenes.
Al principio, el tanga cautivó a las mujeres de treinta años; después, a las jovencitas; y finalmente, a las de más edad, explicaba Keisha Walker. Ahora lo usan casi todas; las que tienen un cuerpo perfecto y las que no. La prenda se ha democratizado. Pero lo mejor para la portavoz es que el fenómeno aún va a más.
La revolución del tanga no ha hecho mas que empezar.....
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