Domingo 22, El día que nos conocimos....

 Una colección de palabras escrita el día del aniversario de novios de una pareja distante.

"No debí comenzar a escribir estas líneas ahora, ello supone el peligro de tener que dejarlas a media por tu llamada telefónica, es domingo y  pasan las 10 de la noche. Como de costumbre hace ya dos años, necesitamos recitarnos la semana y escuchar un “te quiero”.

Es domingo y también 22, hace siete meses que no coincidían en tiempo y espacio estos dos estrategas, el domingo me enseñó a robarte una sonrisa sin otra arma que un manófono en la mano derecha y el 22 me enseñó a ganarle la guerra a la soledad en 3 años.

Era 22 de un mes que no olvidaré cuando te descubrí amante, desnudamos las almas y nos fuimos a dibujar estrellas juntos de la mano, con el mar a espaldas –sereno a momentos- y el pretexto inequívoco de ser felices.

Si temo tu llamada justo ahora, amor, no será por el miedo de la pausa íntima y traviesa, sino porque nuestra cita siempre me mueve las carnes y me dibuja la silueta de una muchacha inocente, tu voz me deja sin argumentos, feliz pero inerte.

También porque es 22 nacen estas palabras, que no pretenden suplantar la tarjeta de felicitación que arrima a tu email cada mes, cada 22.  Hoy, cuando hablemos, sostendré el teléfono con la mano izquierda y  tendré todo el rato la bocina en mi oído derecho, para que tu voz llegue a ese escondrijo izquierdo del alma, por ahí cerca ha de andar
mi corazón.

Aprovecho para escribir un poco más, como un niño impaciente que espera. Y recordar también que ya son 27 los 22s y detenerme a pensar que el tiempo es imbatible en velocidad. Suena el teléfono en la sala, debes ser tú … si en efecto, lanzo un “¡voy!”, suelto el teclado y antes de levantarme de la silla, sonrío … "