Ciberseguridad: 5 acciones para proteger tu empresa

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Imagínese el lector de este artículo que ha empleado, durante los últimos 10 años, todo el esfuerzo, dedicación y energía de la que disponía en su interior para lograr construir un proyecto. Ahora, se da cuenta de que para lograr llevar a cabo con éxito una empresa, ha hecho gala de todos los recursos económicos de los que podía disponer a cada momento del proceso. Sus sueños, su capital -en mayor o menor medida- y cada gota de sudor caída desde su frente durante el trayecto, unidos al sino de la compañía que usted decidió crear. Y, de repente, en cualquier momento en el que no esperaría ningún sobresalto fuera de lo común, usted se da cuenta de que no puede disponer de sus archivos personales y ni siquiera acceder a su propio sistema. Si no decidió contratar de antemano a ningún profesional formado en los bootcamps en ciberseguridad y hacking ético, es posible que se vea obligado a pagar el rescate económico que de seguro le pedirán quienes se hayan encargado de ocasionar el problema. El futuro de su compañía en manos de un ciberdelincuente.

El caso simulado en el párrafo anterior es solo uno de tantos tipos de ciberataques de los que se arriesgan a sufrir la mayoría de organizaciones, sean estas un activo económico de la sociedad, un órgano gubernamental o una organización sin ánimo de lucro. Para intentar adelantarse a estas acciones que pueden ser realizadas en nuestra contra, cada vez más personas deciden cursar un bootcamp en ciberseguridad con la intención de optimizar el entramado digital de una compañía y prever los ataques que puedan producirse. Algunas de las estrategias que pueden tomarse en esta dirección son las siguientes:

  1. Formar un equipo debidamente preparado para repeler y/o solucionar ataques que puedan poner en riesgo nuestra información. Además de los trabajadores con información específica en ciberseguridad, es vital, sea cual sea el tipo de compañía, contar con profesionales que hayan cursado un bootcamp en desarrollo web full stack o similar. En definitiva, contar con uno o varios programadores en plantilla puede resultar muy beneficioso.
  2. Vigilar y cuidar las actividades internas. Se trata de estar atentos a los correos electrónicos que se reciben y procurar no acceder a enlaces que puedan resultar sospechosos.
  3. Utilizar contraseñas difíciles de hackear. Parece obvio, y sin embargo no lo es, pues muchos de los ataques comienzan a partir de esta fragilidad de protección para acceder a datos de verdadera importancia.
  4. Evitar descargar contenido sospechoso. Una de las soluciones más sencillas es filtrarlos previamente utilizando un antivirus.
  5. Conocer los tipos de ataques. El experto en ciberseguridad será el encargado de profundizar en ello, pero es importante que la plantilla de una institución tenga una idea general de los casos que pueden producirse. Conocer al menos lo que es un ransomware, un man in the middle, los tipos de ataque en cuanto a ingeniería social o las inyecciones SQL y el Cross Site Scripting, pueden significar la diferencia entre caer o no en la trampa de los ciberdelincuentes.

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