Errores comunes al contratar una hipoteca variable (y cómo evitarlos)

Contratar una hipoteca variable puede ser una buena idea, pero no es una opción para cualquiera. Implica embarcarse en una aventura que tiene al euríbor como protagonista, ese índice que puede subir y bajar como si fuese una montaña rusa.

Es una opción muy ventajosa si se consideran las variables actuales, aunque también puede convertirse en una trampa si no se conocen bien sus riesgos. Aquí repasamos los errores más frecuentes, según la amplia experiencia de asesores hipotecarios de Aim Inver, y lo más importante, analizamos cómo evitarlos.

Uno de los errores más comunes al optar por una hipoteca variable es enamorarse de la cuota inicial, más baja que la de una hipoteca fija. Muchos compradores estiman de forma optimista que pagarán lo mismo (o aproximadamente lo mismo) durante unos 25 o 30 años… hasta que notan cómo su cuota empieza a subir cuando el euríbor cambia. 

Si revisamos el histórico de datos que ha recogido Idealista, el euríbor ha experimentado fuertes oscilaciones en la última década: tras varios años en negativo, repuntó con intensidad a partir de 2022. Desde 2024 muestra una tendencia a la moderación, estabilizándose en torno al 2 % en 2025.

En este punto, es importante realizar simulaciones con distintos escenarios cambiando el euríbor un poco hacia arriba (por ejemplo, 2%, 3% o incluso 4%) para ver cuánto podrías pagar en cada caso y tener claro si realmente podemos asumir el préstamo a largo plazo en condiciones menos favorables. Con una hipoteca variable, tus cuotas pueden aumentar en pocos meses. Quien no tiene ahorros de respaldo puede pasar de estar cómodo a vivir ahogado. Cómo evitarlo: crea un fondo de emergencia que cubra al menos 6 meses de cuotas. Te dará margen si el euríbor se dispara o si tu situación laboral cambia.

Por otro lado, un punto de error también puede ser no fijarse en el diferencial que es el margen fijo que permanecerá pase lo que pase. Esta variable incluye todas las condiciones: diferencial, comisiones y productos vinculados (seguros, tarjetas, planes). Muchas veces, los compradores se fijan solo en el euríbor y olvidan que ese diferencial estará presente durante toda la hipoteca, por lo que no hay que fijarse únicamente en el Euríbor y subestimar esa cantidad.

Finalmente, otro error frecuente puede ser subestimar la vinculación de productos y contratar seguros, domiciliaciones, tarjetas o planes de pensiones que no necesitas a cambio de diferenciales atractivos. El resultado suele ser que lo que ahorras en intereses, lo pagas en servicios que no necesitabas.

Esto se soluciona calculando el coste total de la hipoteca incluyendo estas vinculaciones. Pregunta siempre cuánto subiría el interés si no contratas esos productos.

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